viernes, 30 de noviembre de 2012

“La Resurrección de Jesús."


PADRE MELVIN DOUCETTE

Viernes 30 de noviembre de 2012

“La Resurrección de Jesús."

(Lectura del Evangelio de San Marcos 16: 1-8)

“Pasado el sábado, María Magdalena y María la de Santiago, y Salomé, compraron perfumes con el fin de ir a ungirle.  Muy de madrugada, el primer día de la semana, vinieron al monumento en cuanto salió el sol.  Se decían entre sí: -‘¿Quién nos removerá la piedra de la entrada del sepulcro?’.  Y mirando atentamente, vieron que la piedra había sido removida a un lado, porque era enormemente grande.  Entrando en el sepulcro, vieron un joven sentado a la derecha, vestido con una túnica blanca, y se quedaron asustadas.  Él les dice. –‘No os espantéis.  Buscáis a Jesús Nazareno, el crucificado;  ha resucitado, no está aquí.  Mirad el lugar donde le pusieron.  Pero id a decir a sus discípulos, y a Pedro, que os precederá a Galilea;  allí le veréis, conforme os dijo.’  Saliendo, huyeron del monumento, pues se había apoderado de ellas el temor y el espanto, y a nadie dijeron nada, porque tenían miedo.”

Queridos amigos:
         El día más importante de todo el mundo fue el de la Resurrección de Jesús de entre los muertos.  Por este milagro Jesús nos demostró que verdaderamente es Dios y que tiene todo el poder.  Por lo tanto, debemos escucharlo pues todo lo que dijo es verdad.  Tenemos que seguirlo todos los días.
        
(A continuación encontraréis el mensaje entregado por Nuestra Madre Santísima al Padre Melvin.  Ella le habló con estas palabras:)


         “Te bendigo, Mi hijo Melvin, y bendigo a todos Mis hijos dispersos sobre la faz de la tierra.  No estaba en la tumba en la mañana de la Primera Pascua.  Sin embargo, cuando Jesús resucitó de entre los muertos la primera persona que visitó fue a Mí, Su Madre.  ¡Qué alegría colmó Mi corazón al ver a Mi Hijo Jesús vivo una vez más y entrando a la casa!  Con la resurrección, Jesús les demostró a los Apóstoles y al mundo entero que verdaderamente es el Hijo de Dios, el Salvador del mundo.  Sí: es el Mesías prometido a los judíos desde el principio del mundo, después del pecado de Adán y Eva.  El pueblo judío estaba esperando al Mesías, pero cuando Jesús vino no Lo reconocieron sino que Lo llamaron traidor y Lo crucificaron.  Yo estaba al pie de la cruz cuando Mi Hijo Jesús murió, y estaba también en el momento en que Lo sepultaron.  Luego pasé los días siguientes rezando porque esperaba Su resurrección de entre los muertos.  Rezo por todos vosotros, hijos Míos, para que aceptéis a Jesús, Mi Hijo, como vuestro Salvador, y para que creáis en Él con todo vuestro corazón.  Sed Sus amigos y seréis bendecidos.”

Padre Melvin

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