PADRE MELVIN DOUCETTE
Jueves 29 de noviembre
de 2012
“Sepultura de
Jesús."
(Lectura del Evangelio
de San Marcos 15: 42-47)
“Llegada ya la tarde,
porque era la Preparación, es decir, el día antes del sábado, vino José de
Arimatea, ilustre sanedrita, quien también esperaba el reino de Dios, el cual
se atrevió a entrar ante Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. Pilato se maravilló de que ya hubiera muerto
y, haciendo llamar al centurión, le preguntó si ya había muerto. Informado del centurión, dio el cadáver a
José, el cual compró una sábana, lo bajó, lo envolvió en la sábana y lo
depositó en un monumento que estaba excavado en la peña, y volvió la piedra
sobre la entrada del monumento. María
Magdalena y María la de José miraban dónde le habían puesto.”
Queridos amigos:
Agradezco al Señor por el lindo día que tuvimos ayer. Estuvo soleado, con muy pocas nubes y frío
como siempre está a fines de noviembre aquí en Canadá. En esta época todos necesitamos tener
calefacción en nuestras casas. Tengo
problemas para comprar el combustible para la calefacción porque estoy corto de
dinero. Sin embargo, se lo he ofrecido
todo a Nuestro Señor para que venga a ayudarme.
Es probable que mueva a algunos de vosotros.
(A continuación
encontraréis el mensaje entregado por Nuestro Señor y Salvador al Padre
Melvin. Jesús le dijo estas palabras:)
“Morí por vosotros, Mi hermano Melvin y todos Mis hermanos que vivís en
cada parte del mundo. Sí: morí en la
cruz después de sufrir mucho. Sabéis que
para los judíos el día de descanso es el sábado, y que comienza el viernes al
caer el sol. Después de Mi muerte,
tenían que apurarse para bajarme de la cruz y sepultarme. Fue un amigo Mío, José de Arimatea, quien
arregló todo y encontró un lugar para poner Mi cuerpo. Mi Madre estaba también allí y Ella sostuvo
Mi cuerpo sin vida en Sus brazos. Por lo
tanto, fui enterrado como cualquier ser humano.
Sin embargo, sabéis que Mi cuerpo no quedaría mucho tiempo en la
tumba. Aunque Mi espíritu se había ido
al cielo, Yo fui a visitar a los muertos, quienes estaban esperando Mi llegada,
y abrí el cielo para ellos. Todos los
que camináis conmigo en la tierra un día también entraréis al cielo y Yo os
guiaré. Os amo a todos.”
Padre
Melvin
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