martes, 6 de noviembre de 2012

“Entrada en Jerusalén."


PADRE MELVIN DOUCETTE

Martes 6 de noviembre de 2012

“Entrada en Jerusalén."

(Lectura del Evangelio de San Marcos 11: 1-11)

“Y cuando se acercaban a Jerusalén, a la vista de Betfage y de Betania, junto al monte de los Olivos, envió a dos de los discípulos y les dijo: -‘Id a la aldea que está frente a vosotros, y luego que entréis en ella, hallaréis un pollino atado, sobre el que nadie montó aún;  desatadlo y traedlo.  Y si alguien os dijere: ¿Por qué hacéis esto?, decidle: El Señor tiene necesidad de él, pero en seguida os lo devolverá.’  Se fueron y hallaron el pollino atado junto a la puerta, fuera en el camino, y lo desataron.  Algunos de los allí presentes les dijeron: -‘¿Por qué desatáis el pollino?’.  Ellos les contestaron como Jesús les había dicho, y les dejaron hacer.  Llevaron el pollino a Jesús, le echaron encima sus mantos y montó en él.  Muchos extendieron sus mantos en el camino, y otros, follaje cortado de los campos.
Y los que le precedían como los que le seguían gritaban: -‘¡Hosanna!  ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!  ¡Bendito el reino que viene de nuestro padre David!  ¡Hosanna en las alturas!’.
Entró en Jerusalén en el templo y, después de haberlo visto todo, siendo ya tardía la hora, salió para Betania con los doce.”

Queridos amigos:
         Cuando estaba en Jerusalén, un domingo en que se celebraba la entrada de Jesús en Jerusalén, un grupo de nosotros fuimos a Betania y marchamos hacia esa ciudad cantando y siguiendo el mismo camino que había hecho Jesús.

(A continuación encontraréis el mensaje entregado por Nuestro Señor y Rey al Padre Melvin.  Jesús le dijo estas palabras:)

         “Os lleno con alegría, Mi hermano Melvin y todos Mis hermanos dispersos por cada continente del mundo.  Uníos a Mí en Mi solemne entrada en Jerusalén.  Todos estaban colmados de alegría cuando iban conmigo hacia las puertas de Jerusalén.  La gente Me honraba como su Rey y realmente lo soy.  Sin embargo, sabéis que una semana más tarde sería condenado a muerte y clavado a una cruz para padecer una muerte horrible.  Acepté sufrir y morir a fin de traeros a todos la salvación.  Es ahora el momento de la Nueva Evangelización para que los pueblos lleguen a aceptar una vez más que soy su Salvador y el Único que puede llevarlos al cielo.  Pueblo Mío: dad testimonio de Mí a toda la gente que encontréis y seréis bendecidos.  Os doy Mi amor, paz y alegría.”

Padre Melvin

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