PADRE
MELVIN DOUCETTE
Martes 10 de enero de 2012
“La Misión de los Setenta y dos."
“Después de esto, el Señor designó a otros setenta y
dos, y los envió de dos en dos para que lo precedieran en todas las ciudades y
sitios adonde él debía ir. Y les dijo:
-‘La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe
trabajadores para la cosecha.
¡Vayan! Yo los envío como a
ovejas en medio de lobos. No lleven
dinero, ni alforja, ni calzado, y no se detengan a saludar a nadie por el
camino. Al entrar en una casa, digan
primero: -‘¡Que descienda la paz sobre esta casa!’. Y si hay allí alguien digno de recibirla, esa
paz reposará sobre él; de lo contrario,
volverá a ustedes. Permanezcan en esa
misma casa, comiendo y bebiendo de lo que haya, porque el que trabaja merece su
salario. No vayan de casa en casa. En las ciudades donde entren y sean
recibidos, coman lo que les sirvan;
curen a sus enfermos y digan a la gente: El Reino de Dios está cerca de
ustedes. Pero en todas las ciudades
donde entren y no los reciban, salgan a las plazas y digan: ¡Hasta el polvo de
esta ciudad que se ha adherido a nuestros pies, lo sacudimos sobre
ustedes! Sepan, sin embargo, que el
Reino de Dios está cerca. Les aseguro
que en aquel Día, Sodoma será trabada menos rigurosamente que esa
ciudad’.” (Pasaje del Evangelio de San
Lucas 10, 1-12)
Queridos
amigos,
Ayer fui al Hogar de Alberton a celebrar la Santa Misa
con la gente de allí y luego fui a visitar a los que están postrados. Esta noche iré a nuestra iglesia parroquial
de Palmer Road para hacer una hora de Adoración Eucarística. Tenemos Adoración Eucarística todos los
martes de 9:30 a.m. a 6:00 p.m. Muchas
personas de nuestra parroquia pasan tiempo con Nuestro Señor en la Sagrada
Eucaristía.
(A continuación encontraréis el mensaje de Nuestro
Señor y Salvador entregado al padre Melvin.
Jesús le dijo estas palabras:)
-“Te bendigo, Mi hermano Melvin, y bendigo a todos Mis
hermanos dispersos por la faz de la tierra.
Durante Mi tiempo en la tierra, elegí a setenta y dos hombres y los
envié de dos en dos a cada ciudad y pueblo que Yo iba a visitar. Tenían que anunciar la venida del Reino de
Dios y curar a los enfermos. Se
quedarían en las casas donde fueran bien recibidos. Si la gente no los recibía, debían irse por
el medio de la calle y sacudir el polvo de la ciudad de sus pies como signo de
advertencia.
A todos los que entran al Reino de Dios se les da una
misión. La misión se les dará a conocer
de manera tal que podáis utilizar el don que el Padre os ha dado. Algunos tienen el don de predicar, otros tienen
el don de cantar y tocar un instrumento musical, otros tienen el don de cuidar
el dinero y otros tienen el don de cuidar a los enfermos o a los mayores. Todos tenéis la misión de anunciarme a las
personas con quienes os encontréis. Si
no lleváis a cabo vuestra misión, nunca será cumplida. Mirad a vuestro alrededor veréis las
organizaciones que hay. Haceos miembros
de al menos una de ellas. Me gustan los
grupos tales como ‘Los Caballeros de Colón, la Liga de Mujeres Católicas y el
Movimiento Carismático, para nombrar sólo algunos. Os bendigo a todos.”
Padre Melvin
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