martes, 3 de enero de 2012

“El Bautismo de Jesús"


PADRE MELVIN DOUCETTE

Martes 3 de enero de 2012

“El Bautismo de Jesús"

“Entonces Jesús llegó de Galilea al Jordán y se presentó a Juan para ser bautizado por él.  Mas Juan le disuadía diciendo: -‘Yo tengo necesidad de ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?’.  Le respondió Jesús: -‘Deja hacer ahora, pues conviene que cumplamos toda justicia’.  Entonces Juan consintió.  Así que fue bautizado, Jesús salió del agua;  y he aquí que se abrieron los cielos, y vio al Espíritu de Dios descender como paloma y venir sobre Él, mientras una voz de los cielos decía: -‘Éste es mi hijo amado, en quien tengo mi complacencia’.”  (Pasaje del Evangelio de San Mateo 3, 13-17)  [....]
         Queridos amigos,

Ayer llovió un poco pero no nevó.  No hay nada de nieve aquí en la Isla, pero tendremos algo en unos días.  Es maravilloso tener la temperatura arriba del punto de congelación.  Os recuerdo otra vez que haré una Misa de Sanación en el Pequeño Santuario de Nuestra Señora de la Isla del Príncipe Eduardo el viernes 6 de enero de 2012 a las 7:30 p.m.  Rezaremos el rosario a partir de las 7:00 p.m.  Estáis todos invitados.
A continuación encontraréis el mensaje de Nuestro Señor y Redentor entregado al padre Melvin.  Jesús le habló con estas palabras:

-“Os bendigo a todos, Mi hermano Melvin y todos Mis hermanos que vivís en todos los países del mundo.  Para comenzar Mi vida pública en Israel fui a visitar a San Juan, el Bautista, en el Río Jordán, donde estaba bautizando.  Estaba preparando a la gente para recibirme.  Cuando fui y le pedí que Me bautizara, al principio se opuso.  Sabía quién era Yo y no entendía por qué le pedía que Me bautizara si Yo era el Mesías, el Salvador.  Sin mucha dificultad, lo convencí de que tenía que bautizarme y lo hizo.  Después de Mi bautismo, Juan vio al Espíritu Santo venir sobre Mí y la gente oyó la voz de Dios Padre diciéndoles que Yo era Su Hijo amado en quien Él tenía toda Su complacencia.
Mi bautismo fue muy importante a los ojos del Padre y para el Espíritu Santo, ya que ambos estaban presentes conmigo.  Fue un símbolo de Mi muerte en la cruz y una señal de Mi Resurrección.  En otras palabras, le di Mi ‘sí’ al Padre de que aceptaba ser el Salvador del mundo y que aceptaba dar Mi vida por la salvación de los pueblos del mundo.  No es de extrañar que Mi Padre estuviera tan contento conmigo.  Con Mi bautismo comencé Mi vida pública.  Soy vuestro Salvador, seguidme.”

Padre Melvin


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