PADRE MELVIN DOUCETTE
Miércoles18 de enero de
2012
“La Entrada en
Jerusalén"
“Y, diciendo esto,
siguió adelante, subiendo a Jerusalén. Y
al acercarse a Betfagé y Betania, en el monte llamado de los Olivos, envió a
dos discípulos, diciendo: -‘Id a esa aldea de enfrente, y al entrar en ella
hallaréis un pollino atado, que todavía no ha sido montado por nadie; desatadlo y traedlo acá. Y si alguno os preguntare: ¿Por qué lo
soltáis?, diréis así: El Señor tiene necesidad de él.’ Los enviados fueron y lo hallaron como les
había dicho. Mientras desataban el
pollino, les dijeron sus amos: -‘¿Por qué desatáis el pollino?’. Les respondieron: -‘El Señor tiene necesidad
de él’. Lo llevaron a Jesús y, echando
sus mantos sobre el pollino, hicieron montar a Jesús. Y según iba avanzando, tendían sus mantos en
el camino. Y cuando se acercaba ya a la
bajada del monte de los Olivos, comenzó la muchedumbre de los discípulos a
alabar gozosos a Dios a grandes voces por todos los milagros que habían visto,
diciendo: -‘¡Bendito el que viene, el Rey, en nombre del Señor! ¡Paz en el cielo y gloria en las alturas!’.
Algunos fariseos de
entre la muchedumbre le dijeron: -‘Maestro, reprende a tus discípulos’. Él, respondiendo, dijo: -‘Os digo que si
ellos callaran, gritarían las piedras’.”
(Pasaje del Evangelio de San Lucas 19, 28-40)
Queridos amigos,
Esta mañana celebraré la
Santa Misa a las 9:30 a.m. en el Pequeño Santuario de Nuestra Señora de la Isla
del Príncipe Eduardo.
(A continuación
encontraréis el mensaje de Nuestro Señor y Redentor entregado al padre
Melvin. Jesús le dijo estas palabras:)
-“Uníos al pueblo de
Jerusalén, Mi hermano Melvin y todos Mis hermanos que vivís en cada país del
mundo, y dad gloria a vuestro Salvador que está entrando en la Ciudad Santa de
Jerusalén. Era correcto que el pueblo Me
glorificara porque soy el Hijo de Dios.
Sí, la ciudad se llenó de alegría al entrar Yo allí desde el Monte de
los Olivos. Deseo recordaros que esta
entrada triunfal en Jerusalén fue sólo una semana antes de Mi sufrimiento y
muerte en la cruz. ¡Qué cambiante es la
gente!
Vosotros, amigos Míos,
creéis en Mí y sabéis que soy vuestro Salvador, así que no temáis recibirme en
vuestros corazones, en vuestros hogares y en vuestras reuniones. Estoy allí para ayudaros y guiaros. ¿Gritáis de alegría un día y al siguiente Me
rechazáis haciendo todo tipo de maldades?
Deseo que seáis Mis amigos hoy y siempre. De esta manera Me pondréis primero en
vuestras vidas y viviré en vosotros. Vuestro
corazón se llenará con Mi amor, Mi paz y Mi alegría. Os bendigo a todos.”
Padre Melvin
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