The Rev. Fr. Melvin Doucette, African
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/ CANADÁ
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PADRE
MELVIN DOUCETTE
Miércoles
10 de abril de 2013
“Necesidad de Asistentes"
(Lectura de
los Hechos de los Apóstoles 6: 1-7)
“Por aquellos días, creciendo el número de los discípulos, se produjo
una murmuración de los helenistas contra los hebreos, porque eran desatendidas
sus viudas en la asistencia cotidiana. Entonces los doce, convocando a la
muchedumbre de los discípulos, dijeron: -‘No está bien que dejemos la palabra
de Dios para servir a las mesas. Buscad, pues, hermanos, a siete varones
de entre vosotros, de buena reputación, llenos de Espíritu y de sabiduría;
a ellos los pondremos al frente de este servicio; nosotros, por nuestra
parte, persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra.’
Y pareció bien la propuesta a los ojos de la muchedumbre, y escogieron a
Esteban, hombre lleno de fe y de Espíritu Santo; a Felipe, Prócoro,
Nicanor, Timón, Pármenas y Nicolao, prosélito antioqueno; los cuales
fueron presentados ante los Apóstoles, quienes, haciendo oración, les
impusieron las manos.
Y la palabra de Dios se extendía, y se multiplicaba grandemente el
número de los discípulos en Jerusalén, y gran muchedumbre de sacerdotes se
sometía a la fe.”
Queridos amigos:
Agradezco al Señor que mi salud está muy bien ahora y que he engordado lo que
había perdido cuando estuve en el hospital el año pasado. Ya no he tenido
más problemas con mi estómago y como bien. El Señor es bueno y me ha
ayudado a recuperarme. ¡Alabado sea el Señor!
(A continuación encontraréis el
mensaje de Nuestro Señor, el Hijo de Dios, entregado al Padre Melvin.
Jesús le habló con estas palabras:)
“Estad siempre dispuestos a ayudar, Mi hermano Melvin y todos Mis
hermanos que Me habéis comprometido vuestras vidas. En los primeros
tiempos de la Iglesia se necesitaba gente para ayudar a atender a los pobres y
a las viudas. Los elegidos fueron llamados ‘diáconos’. El más
grande entre ellos fue San Esteban, que fue martirizado por su fe. No
tuvo miedo de decir la verdad a todos los que deseaban escucharlo.
Hoy aún hay muchos diáconos en Mi Iglesia. Me gustaría tener
diáconos en todas las diócesis. Es una realidad que muchas diócesis no
tienen y que en lugar de ellos usan laicos para hacer el trabajo de un
diácono. Exhorto a los obispos a comenzar a entrenar hombres para ser
diáconos y a tener un mínimo de dos en cada parroquia. Podrán ayudar en
la Misa y también al sacerdote a distribuir la Sagrada Comunión. También
podrán predicar y enseñar a los que se preparan para el sacramento del
matrimonio y otros sacramentos. En este caso Mi Iglesia avanzará y los obispos,
sacerdotes y laicos recibirán grandes gracias. Os bendigo a todos y os
exhorto a rezar para que haya diáconos en todas las parroquias del mundo.”
Padre Melvin
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