PADRE MELVIN DOUCETTE
Jueves 19 de julio de
2012
“El Concilio de
Jerusalén."
Lectura de la Epístola
de San Pablo a los Gálatas 2, 1-10:
“Después, transcurridos
catorce años, subí de nuevo a Jerusalén en compañía de Bernabé, llevando
también conmigo a Tito; subí en virtud
de una revelación; y les expuse el Evangelio que predico entre los gentiles, y
en particular a los que parecían ser algo, para que me asegurasen que yo no
corría o había corrido en vano. Mas ni
siquiera Tito, que iba conmigo, con ser griego, fue forzado a circuncidarse, a
pesar de los falsos hermanos intrusos, que solapadamente se habían introducido
para atentar contra la libertad, que tenemos en Cristo Jesús, con el propósito
de esclavizarnos. A los cuales ni por un
instante cedimos, para que la verdad del Evangelio se mantuviese intacta cerca
de vosotros. Mas de parte de los que
parecían ser algo (lo que hayan sido no me interesa; Dios no es aceptador de personas), ellos nada
me impusieron; antes al contrario,
viendo que me ha sido confiado el Evangelio de la incircuncisión, como a Pedro
el de la circuncisión, (pues el que infundió fuerza a Pedro para el apostolado
de la circuncisión, me la infundió también a mí para el de los gentiles), y
reconociendo la gracia que me ha sido dada, Santiago, Cefas y Juan, que eran
considerados como columnas, nos dieron a mí y a Bernabé la mano en señal de
comunión, de modo que nosotros nos dirigiésemos a los gentiles y ellos a los
circuncisos. Solamente nos recomendaron
que nos acordásemos de los pobres, cosa que procuré hacer con solicitud.”
Queridos amigos,
Deseo agradecer a todos
los que me han ayudado de distintas maneras.
Veo que mucha gente ha ingresado a sus seres queridos en el Libro
Recordatorio: sigo ofreciendo Misas y rezo por ellos con regularidad. También agradezco al Señor por el lindo día
que tuvimos ayer y especialmente por el cálido sol de la tarde.
(A continuación
encontraréis el mensaje de Nuestro Señor y Salvador entregado al padre
Melvin. Jesús le dijo estas palabras:)
“Os bendigo, Mi hermano
Melvin y todos Mis hermanos dispersos alrededor de muchos países del
mundo. La gran mayoría de la gente que
cree en Mí y Me sigue son gentiles y no judíos.
Sabéis que nací en Israel y que Mi Madre María y Mi padre adoptivo José
también nacieron en Israel. Éramos todos
judíos porque esa nación había sido elegida por Nuestro Padre Celestial para
preparar la venida del Salvador del mundo.
Los primeros en creer en Mí mientras aún vivía en Israel fueron los
Apóstoles y otros que también eran todos judíos. Sin embargo, la mayoría de los judíos Me
rechazaron y Me hicieron crucificar.
Entonces envié a los Apóstoles, especialmente a San Pablo, a que vayan a
predicar a los gentiles y una gran mayoría de ellos se convirtieron en Mis
discípulos. Le dije a San Pablo que los
gentiles no tenían que hacerse judíos a fin de unirse a Mi Iglesia. Por lo tanto los Apóstoles realizaron el
Concilio de Jerusalén y decidieron que no era necesario que los gentiles adoptaran
todas las costumbres judías de esos tiempos.
Es por eso que vosotros, que sois gentiles, estáis liberados de las
costumbres judías. Estáis llamados a
seguirme y a cumplir los Diez Mandamientos: eso es suficiente. Los que siguen a Mi iglesia se salvarán. Os bendigo y estoy siempre dispuesto a daros
las gracias que necesitáis.”
Padre Melvin
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