sábado, 30 de marzo de 2013

“Nuestra Madre al Pie de la Cruz"


The Rev. Fr. Melvin Doucette, African Missionary/ 1704 Palmer Road, RR 2
Tignish, PE (Prince Edward Island) COB 2BO / CANADÁ
Tel: 902-882-2004 / E-mail: melvin.doucette@bellaliant.net


PADRE MELVIN DOUCETTE

Sábado 30 de marzo de 2013

“Nuestra Madre al Pie de la Cruz"

(Lectura del Evangelio de San Juan 19: 23-30)

“Los soldados, una vez que hubieron crucificado a Jesús, tomaron sus vestidos, e hicieron cuatro partes, una parte para cada soldado, y la túnica.  La túnica era sin costura, tejida desde arriba abajo toda ella.  Se dijeron, pues, entre sí: -‘No la rasguemos, sino echemos suertes sobre ella, para ver a quien toca.’  Para que se cumpliera la Escritura que dice: ‘Se repartieron mis vestidos y sobre mi túnica echaron suertes.’  Esto hicieron los soldados.
Estaban junto a la cruz de Jesús su madre y la hermana de su madre, María la de Clopa, y María Magdalena.  Jesús viendo a su madre, y junto a ella al discípulo a quien amaba, dijo a su madre: –‘Mujer, he ahí a tu hijo.’  Luego dijo al discípulo: –‘He ahí a tu madre.’  Y desde aquella hora la tomó el discípulo en su compañía.
Después de esto, sabiendo Jesús que todas las cosas estaban ya cumplidas, para que se cumpliese la Escritura, dijo: -‘Tengo sed.’  Había allí una vasija llena de vinagre;  tomando, pues, una esponja empapada en el vinagre, atándola en una caña de hisopo, se la acercaron a la boca.  Jesús, cuando hubo gustado el vinagre, dijo: -‘Todo está cumplido’, e inclinando la cabeza entregó el espíritu.”

Queridos amigos:
         Ayer, Viernes Santo, pasé un tiempo con Jesús y viví con Él una parte de Su Pasión, desde que cargó la cruz hasta Su crucifixión, Su muerte y Su sepultura.  Fue una gran experiencia, tal como la tuve durante mi retiro de treinta días en Jerusalén.  Sentí los clavos atravesando mis manos y mis pies y el dolor en todo mi cuerpo.  Fue una experiencia maravillosa estar allí con Jesús.

(A continuación está el mensaje de Nuestra Madre Santísima entregado al Padre Melvin.  Ella le habló con estas palabras:)


         “Estoy segura, Mi hijo Melvin y todos Mis hijos que vivís en el mundo, de que ayer os unisteis a Mí al pie de la cruz de Mi Hijo cuando sufrió terriblemente hasta Su muerte.  Estuve allí con mucho dolor viéndolo sufrir tanto.  Ofrecí Mi dolor junto a Su sufrimiento y muerte por la salvación de todos Mis hijos alrededor del mundo.  Podéis ver lo horrible que es el pecado que le provocó esta muerte horrible a Mi Hijo Jesús, el Hijo de Dios.  Os exhorto a todos a regresar a Mi Hijo y a evitar el pecado en el futuro.  No Le causéis más dolor a Mi Hijo;  más bien demostradle vuestro amor y seguid por la senda que os ha señalado.  Id a la Santa Misa todos los domingos y durante la semana si es posible.  Arrepentíos de todos vuestros pecados y pedidle las gracias que necesitáis para hacer el bien.  Os amo a todos.”

Padre Melvin


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