10 de Junio de
1976
QUIÉN ES SATANÁS
Escribe, hijo, y no temas nada. Un día comprenderás por
qué ahora quiero de ti esta dura experiencia, y todavía te digo que no te
preocupes de la incredulidad de quien, más que tú o como tú, debería creer,
pero no cree. Cuando quieran creer no tendrán el tiempo de ello. Duras palabras
éstas; pero tú sabes que mis palabras son verdaderas y que no cambian.
Ahora, quiero profundizar todavía más en lo que ya te he expuesto
en Mensajes precedentes.
¿Quién es Satanás, en el que muchos no creen y otros creen
confusa o vagamente?
Después de Dios era la criatura más bella, la más rica en
dones y en potencia.
Es persona espiritual, viva, real y potente, convertida de
Ángel en el monstruo más horrible por fealdad y por perfidia, por su sed
inextinguible de mal y de odio. Es el Mal, porque se identifica con el mal. Ha
rechazado a Dios por soberbia, para ser el dominador y señor del Reino de las
tinieblas.
Satanás es aquel que ha determinado, con un acto de su
voluntad, su personal perdición eterna y la de las legiones que han creído en
él y le han seguido. Él determinó también, con la astucia y la mentira la
perdición de la humanidad, insidiando a los primeros padres, induciéndolos con
el engaño a la rebelión a Dios, a repetir su pecado.
Está confirmado en su pecado, por eso sabe que no puede
haber, ni ahora ni nunca, posibilidad de cambiar su suerte de odio desesperado.
Satanás es el Mal en continuo movimiento, sin pausa ni
siquiera por un instante; Satanás es mentira, es oscuridad; Satanás, en cuanto
lo puede ser una pequeña criatura en relación con el Infinito, es lo opuesto de
Dios.
Dios es Luz, Amor, Justicia y Verdad; Satanás es lo opuesto
a todo esto. Satanás es el enemigo jurado de Dios, en particular del Verbo
hecho Carne y de Su Iglesia, del Uno y de la Otra quiere la destrucción. Está
bloqueado en este loco y malvado propósito, por lo que no desiste un solo
instante en perseguirlo con sus fuerzas.
Este conocimiento del Maligno, hijo, es presupuesto
sustancial de cualquier pastoral.
Es absolutamente inconcebible una pastoral eficaz sin una
visión viva y precisa de esta realidad de base.
Implacable
enemigo
Satanás es también el Enemigo por excelencia de la Virgen
Santísima.
¿Qué pastoral pueden hacer tantos Sacerdotes que no tienen
una fuerte e iluminada devoción a mi Madre y suya, o que no creen en estas
realidades, o bien las creen de modo confuso?
Toda acción pastoral de cualquier naturaleza es infecunda
si no se apoya en los sólidos fundamentos de la Fe en Dios, Creador, Salvador y
Redentor, y en la existencia del implacable e irreductible enemigo del bien,
Satanás. A esta fe va
unida la firme convicción de que es necesario subir al Calvario con Cristo:
"quien quiera venir en pos de Mí tome su cruz..."
Las disquisiciones teológicas son inútiles si no tienen
como base esta realidad. Actualmente se construye sobre la arena.
La crisis de Fe ha desviado la acción pastoral por muchos
cauces tortuosos que no llevan a las almas a Dios. También aquí, hijo, debo
lamentar pérdida de tiempo en demasiadas reuniones. De por sí serían muy
útiles, si en estas juntas se volviera a encontrar el coraje de ir a las
raíces, es decir, de afrontar el problema en su punto crucial. Esto es
consecuencia de la crisis de Fe que Satanás, con perseverante tenacidad, ha
logrado traer a la Iglesia y al mundo.
Meditación seria
¡Oh hijo mío, cuánto se han alejado del camino maestro,
recto y seguro! Si se leyera el Evangelio, o mejor aún, si el Evangelio fuera
objeto de seria meditación e imitación, se encontraría la luz necesaria para
volver a llevar a mis Obispos, a mis Sacerdotes al Camino en el que no se
pierden.
Parábolas, hechos y enseñanzas sobre este punto tan
importante son tan numerosas que la duda por tanto no debería rozar el ánimo
de nadie; en cambio tú mismo ves cómo van las cosas.
Hijo, reza y repara.
No te avergüences de rogar a almas buenas la limosna de oraciones y
reparaciones.
Déjales decir; ¡no ven, no comprenden! El amor que me
traigas sea tan grande que cualquier otra cosa o juicio en relación tuya se
disuelva en la nada.
Observa los juicios humanos como pompas de jabón. ¿Qué
puede hacerte una pompa de jabón? ¿Y qué te pueden hacer los juicios de los que
no creen?
No hay comentarios:
Publicar un comentario