jueves, 15 de marzo de 2012

EL HUMO DEL INFIERNO


12 de Junio de 1976

EL HUMO DEL INFIERNO

Escribe hijo:
Llamo una vez más la atención sobre las palabras de mi vicario en la tierra: "El humo del Infierno ha entrado en la Iglesia". Nadie, o casi nadie ha dado la debida im­portancia a esta expresión del Papa.
Pocos han sabido dar a estas palabras un sentido prác­tico. El humo, habíamos dicho, mancha y oscurece. Satanás ha oscurecido la mente de muchos que estaban en la cabeza de las estructuras que deberían servir para una pastoral de salvación.
Congregaciones, órdenes religiosas, seminarios, con­ventos, colegios, escuelas, casas parroquiales, iglesias... ¡el humo del Infierno ha entrado por todas partes! Por otra parte, el humo es como el agua: lo ves llegar y quizá no sabes ni de dónde. Se insinúa, penetra, mancha, sin dar impresión de ello. Ésta ha sido y ésta es la acción de Satanás.



Infección difundida

Ya te he hablado de grosera ceguera: ahora te confirmo que esta expresión responde a una dolorosa realidad.
Hijo, no desciendo a detalles porque los detalles ya no existen. Se trata de un mal social pa­vorosamente difundido en la Iglesia.
¿Seminarios infectados? ¡Cuántos! ¿Órdenes religiosas infectadas? ¡Cuantas! Es el humo del Infierno que se ha insinuado por todas partes, no perdonando siquiera el Vaticano
¿Y parroquias infectadas? ¡Cuántas! Suceden hoy en mi Iglesia cosas que no se pueden explicar humanamente, sin una intervención personal del Demonio.
Detalles lamentables siempre los ha habido. Comen­zaron en el Colegio Apostólico con la traición de Judas y con la huida de los Apóstoles. Luego las herejías y los escándalos se han sucedido en los siglos.
Donde está el hombre ahí también está su acérrimo enemigo, Satanás, que no ahorra nada para inducir al hombre al mal.
Por esto os he enseñado Yo a pedir diariamente la liberación del maligno.

El Santo Padre ¿Qué ha querido decir con las palabras: “Suceden hoy en la Iglesia cosas que sólo se pueden ex­plicar con la intervención personal del Demonio”?
Mi Vicario, antes que nada, ha querido reafirmar una verdad de fe porque ella resulta clara y repetidamente de la Revelación. En segundo lugar ha querido reafirmar que Satanás es persona viva y real, pavorosamente activa y ferozmente malvada, en perenne movimiento para difundir veneno espiritual mu­cho más peligroso que el más potente veneno ma­terial.
Son las cosas que él lleva a cabo en perjuicio de la Iglesia, a las que alude el Papa cuando señala su interven­ción personal en la Iglesia hoy.
Su acción es universal y los actos criminales, que urde a la sombra de congregaciones y de sectas, son innumerables.
Mi Vicario, por la posición preeminente que ocupa en la Iglesia y en el mundo y por la gracia de su estado, conoce bien los males que Satanás perpetra en la Igle­sia.
Mi Vicario conoce los males que Satanás lleva a cabo en la Iglesia valiéndose de traidores, de corruptos de toda ralea, de Sacerdotes apóstatas y renegados, para los que debéis querer y pedir la salvación.

Oración y ayuno

Pero aquí debo recordar mis palabras dichas a los apóstoles: que hay demonios que no todos pueden arrojar. Para arrojarlos se necesita mucha oración y mucha penitencia.
Se verá a qué tremendos excesos llegará la acción del Maligno; muchos de los que hoy no ven, o ven confusamente, cambiarán de opinión, si tienen tiempo de ello.
En mi Iglesia renacida será éste el gran tema en el que se basará la catequesis: formar a los cristianos como verdaderos y conscientes combatientes contra las fuerzas del mal. Si el Enemigo no desiste de sus ataques, tampoco deben cansarse los combatientes en la defensa.
Hijo, te bendigo y contigo bendigo a los que verdaderamente van a querer emplearse, en todos los modos y con todos los medios, en la defensa de las almas de las fuerzas del Mal.

Confidencias de Jesús a un Sacerdote. Mons.Ottavio Michelini 

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