9 de Junio de
1978
EL DOGMA DE LA
COMUNIÓN DE LOS SANTOS NO BASTA CONOCERLO, SE NECESITA VIVIRLO
Somos las almas del Purgatorio, escribe, hermano.
Somos nosotras almas Purgantes y esperábamos este encuentro
que indudablemente traerá bien a ti y a nosotras, el amor que une a los hijos
de Dios, estén en el tiempo o fuera del tiempo como estamos nosotras, es
siempre útil y fecundo de bien.
El Dogma de la Comunión de los Santos, para quien cree en
él y se esfuerza en vivirlo, lleva siempre frutos santos para ambas partes,
ciertamente hermano Don Octavio, para nosotras ningún esfuerzo, ninguna fatiga
sea para creer ni para vivir la sublime y estupenda realidad del Dogma que
tratamos, en cambio para vosotros que estáis peregrinando en la tierra, se
requiere el ejercicio de la vida divina de la Gracia, se requiere el ejercicio
de las facultades de vuestra alma, ante todo, el ejercicio de vuestra
inteligencia, que debe buscar conocer la existencia del Dogma, conocer el
origen, esto es, de dónde y cómo ha nacido, conocer los efectos que produce en
quien lo conoce, y en quien lo vive, se
requiere además el ejercicio de vuestra
voluntad, quererlo aceptar y quererlo vivir es acto de la voluntad, se necesita
aún el ejercicio de la memoria, la que siempre debe tenerlo presente a la
inteligencia y a la voluntad para que ellas puedan recordarlo y quererlo.
Hermano Don Octavio, no es todo, el Dogma de la Comunión de
los Santos, como por otra parte se debe decir de tantas otras realidades
sobrenaturales, exige, sí, el ejercicio natural del alma, pero sobre todo el
ejercicio de la Vida divina de la Gracia introducida en el alma y, por lo
tanto: ejercicio de la Fe, para que el Dogma se haga operante se necesita creer
firme y fuertemente, sin velos ni sobrentendidas limitaciones, requiere además
el ejercicio de la Caridad, del amor, amor verdadero, no ficticio, no ilusorio,
amor real acompañado de obras, y tú, vosotros,
sabéis qué obras exige la naturaleza de este Dogma, requiere el
ejercicio de la Esperanza, la que como luz transparente os haga vislumbrar y
desear los benéficos efectos que el Dogma visto, querido y amado lleva a
vosotros y a nosotras.
Cuántos tesoros aún por descubrir y valorar
Hermano Don Octavio, hemos hablado de realidades
maravillosas, o mejor estupendas, si
tuviéramos otros vocablos más eficaces los usaríamos para haceros comprender
cuántos tesoros hay aún por descubrir y valorar por parte de muchísimos
cristianos que ignoran, que no ven y por lo tanto no obran, para su perjuicio y
en este caso también en daño nuestro; Don Octavio, no basta el don de la vida,
aun la física, intelectual, espiritual se necesita vivirla, ¿para qué serviría
una vida no vivida? Cuánto bien no hecho, cuánto bien descuidado por la
superficialidad de fe, de esperanza y de caridad, dones maravillosos, pero
muchas veces casi desperdiciados en una tibieza y negligencia incomprensibles
Vosotros
deberíais saber muy bien que vuestras posibilidades de bien con relación a
nosotras constituyen una reserva potencial casi inagotable, cualquier cosa que
hagáis bastaría transportarla del plano
natural al plano sobrenatural de la gracia añadiéndole la intención: "por
las almas Santas del Purgatorio", y si son ya cosas de orden sobrenatural,
como la Santa Misa celebrada o escuchada, basta sólo con añadir la intención
dicha; si salís para un paseo, para una compra
o cualquier otra cosa que hagáis o penséis, hacedlo por amor al Señor y
en sufragio de nuestras almas..
A vosotros, hombres toca dar el
"ya"
Tú sabes, hermano, que por parte nuestra la respuesta
sería, es inmediata, para nosotras no podemos hacer "nada",
pero para vosotros podemos hacer "mucho", pero sois vos otros, quienes vivís en la fe y en la prueba,
quienes debéis, por así decirlo, dar el "ya" para volver operante
este Dogma de la Comunión de los Santos.
Don Octavio, es cierto que las necesidades materiales y
sobre todo espirituales son para vosotros muchas, pero ¿por qué no tener
en cuenta que también nosotras, Almas Purgantes, podemos ayudaros mucho para
resolver todos vuestros problemas personales y sociales? ¡Si supieras lo que quiere decir Purgatorio!!! ¡Si lo supieran los
cristianos, que tan rápidamente se olvidan de nosotras, que tan fácilmente se
olvidan de sus promesas, que tan mal viven su fe, que más que en nosotras,
piensan en la podredumbre y cenizas de nuestros cuerpos!!!
Hermano nuestro Don Octavio, cuánto se podría y se debería
hacer por Caridad y por Justicia con respecto a nosotras... intensifiquemos en
mucho nuestra comunión y los benéficos efectos y las bendiciones de Dios serán
abundantes.
A la espera…
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