Mensaje
de Dios Padre a J. V.
8
de marzo del 2001
“La Tentación”.
Hijitos Míos, pequeñitos de Mi Corazón, os
quiero hablar sobre algo que padecéis a diario en múltiples formas, la
tentación.
El demonio, cuando
perdió la batalla ante Mi Arcángel Miguel, él se constituyó el enemigo acérrimo
de Mi Obra y de las almas de todos vosotros y así, el ángel caído, desde que se
convirtió en demonio, ha tratado de destruiros, de destruir la Gracia que Yo os
regalé, la Gracia Divina que existe en vuestro corazón, que es la pureza en la
que os constituí y que es vuestro gran tesoro.
Así llevó al pecado a vuestros Primeros
Padres, así llevó al pecado a Caín y así ha llevado al pecado, en mayor ó menor
grado, a casi todas las almas que he enviado a la Tierra.
La tentación es algo con lo que tenéis que
lidiar todos los días y se os presenta en muchas facetas. El demonio os conoce
bien a cada uno de vosotros y así, la tentación que él utiliza no es la misma
para un alma como para otra. Todos vosotros sois diferentes y así como Yo os he
dado a cada uno de vosotros dones especiales para que realicéis vuestra
personal misión, el maligno os ataca por donde vuestra fragilidad se refleja a
través de vuestras obras.
Él os va estudiando desde pequeños. Conoce
vuestro entorno familiar, la protección ó descuido espiritual que vuestros
padres os dan, vuestra personal respuesta a la Gracia que Yo os he dado, las
obras que realizáis, etc. Así, en poco tiempo, él ya sabe de qué “pié cojeáis”
y por ahí ataca.
A diferencia de vuestro
enemigo, Yo os conozco en vuestro interior y Yo os conozco mejor que Mi enemigo
y por lo tanto os trato de proteger de él continuamente. Yo no deseo que el
alma sucumba a la tentación, pero como sois libres, eso se dará según el grado
de protección que vosotros mismos os hagáis con vuestro crecimiento
espiritual.
El guerrero tiene que
entrenar muchos años para fortalecerse contra el enemigo cuando se enfrente
ante él en la batalla. Su entrenamiento es duro desde pequeño y sabe que si no
se aplica, la pérdida puede ser muy grave, su propia vida.
La vida en la Tierra es un continuo campo de
batalla en donde, si no os fortalecéis desde pequeños, al principio con la
ayuda de vuestros padres y posteriormente vosotros mismos, podréis sucumbir
fácilmente. A pesar de que no tuvierais ésas enseñanzas, ésa protección en
vuestra familia, Yo siempre he de proveer conocimiento, Gracias, Bendiciones,
Virtudes, a Mis almitas que vienen a servirMe a la Tierra. Yo nunca os voy a
desamparar, hasta que vosotros libremente no aceptéis Mi ayuda, la rechacéis ó
la ataquéis.
Desgraciadamente el
problema no queda solo aquí. En mayor ó menor grado casi todos vosotros, en una
ó en varias ocasiones, os habéis vuelto
cómplices del demonio al haber sido causa de tentación. Mujeres seduciendo a
hombres, sin importarles edades ó rango, entre ellos a Mis sacerdotes. Hombres
seduciendo a mujeres sin importarles su estado social, solteras, casadas,
viudas, religiosas ó menores de edad. Jóvenes de ambos sexos causando problemas
a todos niveles y a todas edades y a veces aún a casi niñas que han sido
maleadas por el mal ejemplo de los adultos, ya destruyendo vidas humanas y
espirituales. Todo es ya podredumbre,
sabéis que no estoy hablando por hablar y esto os lo recuerdo para que
escudriñéis bien en vuestro corazón y pidáis perdón por todas aquellas
ocasiones durante toda vuestra vida en que os volvisteis cómplices del demonio
y le ayudasteis a llevar a las almas de Mis pequeños, de vuestros hermanos, a
la tentación ó a la muerte eterna.
Los medios masivos de
comunicación se han vuelto, también en su mayoría, junto con algunos de sus
empleados, a los que llamáis “artistas”, un medio único y eficiente para el
demonio, para transmitir sus errores, de tal manera que ya ni los mismos padres
pueden controlarlos sin recibir regaño de sus propios hijos. Ya de esto os he
hablado antes y debéis de retomar nuevamente éste consejo. Si estáis
permitiendo que se transmitan eso programas, ó si no los evitáis de alguna
forma, todos vosotros os estáis convirtiendo en cómplices del mal. Obviamente
no todo lo que se transmite por éstos medios es nocivo, por eso debéis ser
selectivos, es vuestra alma y la de vuestros hijos las que están en juego.
Meditad esto con honestidad en vuestro corazón y os daréis cuenta de la
realidad a la que os lleva.
Aún Mi propio Hijo fue
tentado por el maligno en el desierto, pero Él se protegió con la oración y el
ayuno, cosa que para la mayoría de vosotros se os hace obsoleto e
impracticable. Aún sin hablar de ayuno, lo cual se os hace “excesivo” a vuestra
corta espiritualidad, simplemente el hablar de oración ya se os hace
pesado.
Os vuelvo a recalcar,
estáis en el Mundo, en un campo de batalla real y no os estáis protegiendo como
debierais. El guerrero enemigo, el demonio, os acecha las 24 horas del día y
vosotros no caéis en la cuenta por donde os está atacando y esto os sucede
porque al faltaros la oración no se os han abierto vuestras capacidades para
discernir lo que sucede a vuestro alrededor y saber si lo que sucede en vuestra
vida es bueno ó es malo y termináis dejándoos conducir como borreguitos, hacéis
lo que la mayoría hace. Si la mayoría lo hace, es bueno, es ahora vuestra
errónea sabiduría.
No os habéis percatado de las múltiples
facetas utilizadas por el mal para llevaros a una pobreza espiritual. No sois
más que soldados vencidos antes de entrar a la batalla.
Si no os acercáis a Mí,
a la Fuente de todo Bien, a la Fuente de la Sabiduría, a la Fuente de toda
Enseñanza, no podréis manteneros firmes en la Fe y con posibilidades de luchar
contra vuestro enemigo quién es muy fuerte. No os estáis alimentando como
debierais y por eso caéis fácilmente en los primeros ataques que os propina el
mal. En pocas palabras, ya no sois guerreros a los que se les pueda confiar una
misión, porque no estáis preparados para defender lo que es de vuestro Padre.
Os habéis vuelto almas débiles, almas cobardes, almas sin deseos para defender,
aún a costa de vuestra vida, los bienes de vuestro Rey.
Hijitos Míos, meditad
en éstos días de cuaresma sobre el estado real de vuestra alma y sobre las
ocasiones en las cuales os habéis vuelto, también, demonios, al haber llevado a
vuestros hermanos al pecado mortal ó a su condenación eterna.
Soy duro ahora, pero es
la realidad, porque no Me gusta perder almas, Mis almas, a manos de otras de
Mis almas que se vendieron al mal, eso es traicionarMe, eso es muy grave a Mis
ojos, ¡sois otros Caínes, asesinos espirituales de vuestros hermanos!
Arrepentíos de corazón, que Yo os perdonaré,
si realmente tratáis de enmendaros. Yo os bendigo en Mi Santo Nombre, en el de
Mi Hijo Jesucristo y en el del Amor de Mi Santo Espíritu.
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